lunes, 1 de octubre de 2018

LA MOTIVACIÓN NO LO ES TODO


La motivación es fundamental, es lo que nos hace movernos hacia nuestros objetivos, la chispa que nos enciende, pero seamos realistas, todos los días no estamos con esa "súper motivación" que nos hace comernos el mundo, entonces, los días que no tenemos esa motivación que hacemos? En lo que se refiere al entrenamiento (aunque vale para todos los aspectos diarios de nuestra vida) la clave está en el hábito, construir un hábito de entrenamiento será fundamental. Esto se ve muy claro en fechas como enero y octubre, cuando con los propósitos de año nuevo y fin de vacaciones pensamos en mejorar nuestros hábitos hacia una vida mas saludable, nos apuntamos al gimnasio y cuando pasan un par de meses o tres, la motivación que teníamos se desvanece y empezamos a faltar hasta que dejamos de ir, te suena? Para que esto no ocurra debemos potenciar nuestra motivación y construir unos hábitos de entrenamiento, para ello vamos a diferenciar dos tipos de motivación:

Motivación intrínseca, es la que sale de nosotros, nuestro motivo para hacer algo, esta motivación es la mas fuerte y la primera que tenemos que encontrar, sin ella el proceso de entrenamiento esta destinado a fracasar. Por ejemplo, podemos apuntarnos al gimnasio porque es saludable, parece casi una obligación debido a los estándares de la sociedad actual, sin ser la salud nuestro motivo, quizás lo que queremos es sentir que podemos movernos con mayor libertad, ser capaces de hacer rutas, escalar, correr, agacharnos,... sin que después nos duela todo y tener la sensación de estar oxidados, o quizás queramos un físico de revista, esto es lo que tenemos que saber, el verdadero motivo, una vez que lo sepas nada podrá pararte.

Motivación extrínseca, es aquella que no viene de nosotros, normalmente nos la aporta otra persona, por ejemplo, si padeces obesidad, y tus familiares no paran de decirte que tienes que hacer ejercicio, quizás te apuntes a un gimnasio para someterte a un programa de entrenamiento, pero esto lo haces solo porque otras personas te lo han dicho y crees que es lo correcto. Esta motivación es mucho menos fuerte que la anterior, lo que hará desistir del programa. Encuentra, "tu verdadero porqué" tu motivo (motivación intrínseca).

Como vemos ambas motivaciones nos harán dar el paso, por lo que las dos son útiles, la motivación extrínseca aunque poco potente nos hará dar el paso, y luego podemos encontrar nuestra verdadera motivación, y si antes encontramos nuestra motivación intrínseca será mucho mejor, pero como comenté antes todos los días no estaremos rebosantes de motivación, y podremos caer en la desgana y abandono intermitente del programa, retrasando y alejándonos de nuestro objetivo, en estos momentos es cuando tenemos que tirar de voluntad, si hemos creado un hábito no nos costará demasiado. Y esto es lo verdaderamente importante, la constancia, si somos constantes conseguiremos el objetivo que nos propongamos. Y te preguntarás como afrontar esos días sin motivación y conseguir la constancia, pues hay acciones que nos pueden ayudar, por ejemplo;

Acordarte de tu motivación intrínseca, quizás hace tiempo que perdiste el rumbo y no sabes por que entrenas, recuerdatelo, quizás solo necesitas eso para seguir adelante.

Valora el porqué de la desgana, si no tenemos ningún problema físico que nos impida entrenar, el origen será psicológico, es nuestra propia mente la que nos pone los obstáculos (bueno ya mejor entreno la semana que viene, es que hoy trabajé mucho, no tengo tiempo,..) solo son excusas que nos ponemos para no esforzarnos, pero la realidad es que estas excusas solo nos alejan del objetivo, así que apaga tu mente y haz lo que tienes que hacer. Una vez que venzas esa voz interna el control es tuyo.

Como vemos, encontrar nuestra motivación intrínseca y vencer los obstáculos que nos pone nuestra mente, son pilares básicos para conseguir una constancia que hará que logremos lo que nos hemos propuesto.

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